Aunque se suele usar este término erróneamente frente a cualquier problema de lectura, la dislexia es un trastorno en la capacidad del niño que le produce una carencia a la hora de leer, escribir y aprender. Este problema está causado por una variación de las zonas cerebrales que controlan el lenguaje. Esto le dificulta el aprendizaje, por lo que su capacidad para leer o escribir está por debajo de su nivel de inteligencia. La dislexia la padecen un 5% de los niños españoles que no tienen otros problemas físicos, psíquicos ni socioculturales.
Hasta no hace mucho se creía que los niños con dislexia estaban incapacitados para aprender, pero se ha comprobado que con una educación adecuada para este trastorno éstos pueden formarse como cualquier otro niño, ya que no se trata de un problema de inteligencia. De hecho, muchos disléxicos llegan a alcanzar un gran éxito en sus estudios.
Por eso, cuando notemos que a un niño le cuesta leer correctamente, antes de dar por hecho que sufre dislexia, debemos llevarle al pediatra para descartar otros problemas, como por ejemplo, dificultades en la capacidad motriz, en el oído o en la vista. Una vez descartados problemas en estas áreas debe pasar por un especialista en lectura y/o un psicólogo infantil. Dicho experto explorará al niño para encontrar cómo es el problema que impide leer correctamente al menor, si físico o emocional. El especialista en lectura le hará pruebas referentes a la lectura, escritura y memorización. Todo ello verificará si el niño sufre dislexia o no.
Principales síntomas causados por la dislexia
Las muestras de dislexia pueden aparecer en la etapa preescolar observándose carencias significativas en el lenguaje, la motricidad, la percepción y la falta de madurez en general. Estas pueden ser muy variadas y dependerán de la intensidad del trastorno y de la edad del niño. Además, pueden verse afectadas la memoria, el vocabulario, las áreas motrices y el habla.
Los niños con dislexia pueden tener problemas a la hora de leer oraciones o palabras fáciles; Tienen dificultad con palabras cortas, (como del o por); aprenden algo y lo olvidan muy rápido; Unen y/o separan palabras erróneamente; Escriben la misma palabra de distintas maneras (casa por saca); Les cuesta realizar tareas donde necesiten usar varias habilidades a la vez…
También tienen problemas para ver que una palabra está mal escrita, o conocen dicha palabra pero usan otra que no tiene nada que ver (perro por ventana); Aunque sepan deletrear una palabra invierten las letras cuando tratan de escribirla; Tienen problemas para recitar el alfabeto porque no pueden distinguir determinadas letras; Muestran dificultades para distinguir la izquierda de la derecha…
La dislexia, como casi todas las patologías, no se cura sola. Es necesario un correcto tratamiento del problema, por eso, cuanto antes comprobemos si el niño sufre dislexia o no, más pronto y mejor se recuperará el niño que la padezca. Así que, ante los primeros síntomas de dislexia hay que llevar al niño al especialista para comprobarlo. De este modo evitaremos la desmotivación y el fracaso escolar.
La dislexia, ni aparece con la misma fuerza en todos los niños ni su recuperación será igual en todos los casos. Todo dependerá de los medios que se pongan para curarla como de la intensidad del trastorno en cada niño.
Una vez reconocido el caso de dislexia se tiene que informar al profesor del niño para tratar a éste con los medios necesarios, como por ejemplo, usar exámenes adaptados para estudiantes con este problema, trabajar con un especialista en reeducación del aprendizaje y tratar los aspectos emocionales del niño. Y, si hay voluntad por parte de los tutores y del niño, el problema prácticamente desaparecerá. Pero ojo, si el niño recibe un diagnóstico erróneo, su educación será muy difícil y terminará desembocando en la frustración del niño al sentirse incapaz.
Es imprescindible explicar al niño lo que le ocurre para normalizar la situación tanto en casa como en el colegio. De este modo se evitarán muchos casos de bullyng. Para lograrlo, hay que buscar las materias en las que el niño sobresale y potenciarlas.
Para niños con dislexia son básicas las nuevas tecnologías como herramientas de aprendizaje. Muchas de ellas permiten desarrollar habilidades para escribir imposibles de obtener de otra forma, como por ejemplo, los ordenadores o las máquinas de escribir. Dichas ayudas serán necesarias durante toda su vida estudiantil. Unas se necesitarán durante toda la etapa educativa y otras podrán ir cambiando según sus necesidades.
El mayor problema de los que sufren dislexia hoy en día es que el actual sistema educativo no es compatible con éste trastorno. Todo se enseña por medio de la escritura, por ello, el disléxico no puede asimilar algunos aspectos de asignaturas tales como Conocimiento del Medio. Esto se debe a que no puede llegar a su comprensión mediante la lectura. Tanto en tareas de lectura como de escritura el disléxico debe de esforzarse enormemente, por eso se cansa más, pierde más fácilmente la concentración y termina distrayéndose.
Cuando esto ocurre, padres y profesores creemos que es debido al desinterés y presionamos al alumno para que se esfuerce más. En muchos de estos casos, el niño es etiquetado de tonto y vago, incluso por él mismo. Toda esta situación es muy negativa y puede llegar a dañar la autoestima del niño provocándole graves secuelas emocionales. Pero tenemos que comprender que es como si nosotros entráramos en una clase de escritura china.
Por eso, es básico ser paciente con el niño y ayudarle a comprender que él no es el culpable de lo que le pasa. Tenemos que hablar con el niño para saber cuáles son sus auténticas dificultades. Además, deben ser ellos los que nos guíen a crear los criterios de su aprendizaje.
Como ya hemos dicho antes, aunque cada niño desarrolla la dislexia de diferentes formas y a distintas edades (desde primaria a la etapa universitaria), para realizar un diagnóstico de dislexia fiable lo ideal sería no hacerlo antes de que el niño llegue a primaria. Y también hay que tener cuidado porque la dislexia puede venir acompañada de otros problemas, sobre todo de trastornos emocionales, dispraxia o el TDHA.
Para ayudar a los niños que padecen dislexia la familia debe estar informada sobre todo lo referente a éste problema. Debe saber qué es la reeducación, qué son las adaptaciones curriculares, conocer la legislación vigente para saber cuáles son sus derechos y luchar por ellos, hablar de la dislexia en casa como algo común, interiorizarla y aceptarla positivamente.